Pensar en el desarrollo implicaría comprender la dinámica de la acumulación del capital en la línea de tiempo occidental (Europa y posteriormente Norteamérica y Oceanía) y, para ello, la historia nos ha traído dos etapas consecuentes pero concomitantes al momento de darle explicación a la acumulación: estos dos grandes estadios son la antigüedad y la Edad Media, ambos permiten comprender parte de nuestras realidades hoy. Los países en desarrollo, subdesarrollados o pobres, al no tener la misma construcción histórica de pillaje-acumulación, tierra-acumulación, comercioacumulación, y capital acumulado-producción, se sitúan en la posición de países para ser expoliados o colonizados ya que, al no tener capitales propios, solo les quedan los tesoros naturales y, al depender de la naturaleza, están expuestos a perder los recursos a cambio de capitales, pero a su vez ello implica, como en toda economía de mercado que solo una parte muy pequeña de la población se beneficie, mientras el resto se vea gravemente afectado por este desarrollo.