
El genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino está inserto en un contexto histórico marcado por el apartheid, la ocupación militar y la limpieza étnica. Este conflicto se ha convertido en un punto crítico que señala el colapso del orden mundial occidental y la emergencia de una nueva era multipolar. La complicidad de potencias occidentales y corporaciones globales, que financian el complejo militar-industrial israelí, agrava la situación, mientras que la inoperancia de instituciones internacionales como la ONU y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) refleja un fracaso profundo. La solidaridad de los pueblos del Sur como categoría política Global, se erige como una esperanza para avanzar hacia un futuro basado en la paz, la justicia social y la dignidad de los pueblos.