La noción de “educación bancaria” tan gráfica como actual, nos alerta sobre las consecuencias de la transmisión de contenidos que buscan, como único objetivo, llenar de conocimiento vasos vacíos (Freire 2008). Desde su irrupción en la escena educativa y política, la educación popular promovió un debate pedagógico profundo y radical, como forma de comprender, para transformar, la forma en la que (nos)educamos. Para la educación popular, nadie educa a nadie, los hombres se educan entre sí, en comunión y con la mediación del mundo. Por lo que la construcción de una visión compartida del mundo es el primer paso en el proceso de transformación que solo se logra en la práctica concreta.