Mujeres hacen parte de organizaciones transnacionales dedicadas al narcotráfico y a la trata de personas, pandillas y maras en las que pueden desempeñar diferentes roles a lo largo de todos los niveles de la estructura jerárquica. Como razones para el ingreso se destacan: las condiciones de desigualdad y pobreza que configuran ciertas trayectorias biográficas donde aparece la opción salvadora del trabajo criminal; las formas de socialización asociadas a la cultura patriarcal; la idea del sacrificio y la abnegación propias del “amor romántico”; y los cambios de época. Finalmente, la literatura resalta un conjunto de tensiones sociales asociadas al ascenso de las mujeres en el mundo del crimen.