La prolongada guerra comercial entre China y Estados Unidos impacta la geopolítica. Es importante contextualizarla en el marco del desarrollo económico de China. La deslocalización de la producción y la evolución de las cadenas de suministro, impulsadas por avances tecnológicos, han transformado la relación de China con Occidente, pasando de aliado a competidor. El surgimiento de la "Iniciativa de la Franja y la Ruta" (BRI) en 2013, destinada a crear una red global de rutas comerciales, ha introducido nuevas dinámicas y desafíos en la cooperación global. A su vez, Estados Unidos como respuesta, tal vez tardía, propone el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) y la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas (APEP). En este contexto es importante señalar los beneficios de la BRI, pero al mismo tiempo entender los riesgos significativos que enfrenta, incluyendo preocupaciones ambientales y sociales.