Se postula que existen diversas variedades de desarrollo pero todas mantienen un núcleo básico de ideas y sensibilidades sobre cómo entienden el progreso, la apropiación de la Naturaleza, la calidad de vida y el devenir de la historia como una linealidad. Esas concepciones básicas están muy arraigadas, ya que en el pasado resurgieron a pesar de agudas críticas, y en la actualidad se expresan en las coincidencias en los estilos extractivistas bajo gobiernos conservadores como progresistas. Seguidamente se identifican tres tipos de disputas sobre el desarrollo (enfocadas en cuestiones instrumentales, sobre distintos tipos de desarrollo, o como "alternativas al desarrollo"). Se concluye presentando al Buen Vivir, como el más reciente y potente ejemplo de alternativa al desarrollo.