Un modelo de desarrollo, para ser tal, debe contemplar la satisfacción de las necesidades de la comunidad, procurando una vida digna, en el cual el objetivo debe ser brindar el máximo de bienestar y felicidad posible, facilitando la habitabilidad de los territorios en sana convivencia y armonía con la naturaleza. Este ha de ser el fondo del debate frente a los problemas socio-ambientales ocasionados con las llamadas locomotoras del progreso, es el caso del Oriente Antioqueño (Colombia), sin embargo los planes de desarrollo no evidencian soluciones o la real expectativa de la comunidad.