El propósito de este trabajo es reflexionar frente a los efectos que la dinámica del capital presenta ante formas de relacionamiento social tales como el amor. Se argumenta que, a través del mercado y el consumo de bienes y servicios, se despliegan procesos de socialización y subjetivación que afectan la constitución de los sujetos e inhiben el movimiento natural -atraer o invitar- que presenta el amor en tanto fenómeno social y lazo emocional entre los hombres. Esto, ante el respaldo político-institucional que los Estados y sus gobiernos hacen a la economía de mercado, y en particular a la conexión entre espacios, subjetividades y mercancías. Cuestión que termina por propiciar individualidades aisladas y temerosas, dentro de un conjunto de relaciones de poder, producción y estructura social gestadas por el propio capitalismo en tanto forma de racionalidad política-económica.