
Este artículo analiza el ascenso del fascismo contemporáneo como expresión funcional del capitalismo en crisis, vinculado al colapso civilizatorio y a la consolidación de un feudalismo corporativo-financiero. A través de un enfoque crítico e interdisciplinario, se argumenta que este fenómeno no es una desviación histórica, sino una estrategia de las élites para sostener su hegemonía en medio del agotamiento estructural del orden neoliberal. Se examina cómo se articulan mecanismos autoritarios, mediáticos y económicos para imponer un nuevo orden, al tiempo que destaca las resistencias emergentes desde el ecosocialismo, el decrecimiento y los movimientos populares, los cuales apuntan a la urgente necesidad de una reorganización radical de la sociedad.
También puede {advancedSearchLink} para este artículo.