En Colombia se presentan diversas afectaciones y vulneraciones hacia los presos políticos y sus familias debido a su rol como defensores de derechos humanos, y a los hechos que deben atravesar durante todo este proceso, lo que desencadena una serie de cambios en sus vidas que repercuten en sus esferas emocionales y sociales, destacando que las vulneraciones a sus derechos no son reconocidas y por tanto se presenta una tendencia a normalizarlas, tanto por las personas involucradas en el hecho, como por las instituciones destinadas a velar por el bienestar de estas poblaciones. Las funciones que desempeña el psicólogo en centros penitenciarios se ven limitadas por diversas barreras que se generan al interior de estas instituciones, con base en lo mencionado, se desencadenan necesidades en la salud mental de los reclusos y sus familias, identificando especial cuidado con los presos políticos debido a la alta vulnerabilidad que presenta esta población