El potencial de las emociones puede considerarse y ampliarse en la medida que se atiendan aspectos ambientales con repercusión en las emociones y sentimientos de los estudiantes. El proceso educativo no solamente se debe basar en los aspectos cognitivos y conductuales, sino además en la educación emocional a través de la conciencia, control y motivación como pilares para la vinculación social idónea, éstos nexos y redes permiten a los educandos fortalecer su desempeño educativo y los prepara para el desempeño profesional en escenarios de trabajo cooperativo, toma de decisiones, interdependencia y nivel de discernimiento ante situaciones que vinculan emociones de otros sujetos en una actividad profesional o personal.