Esta reflexión propone una mirada a la resistencia desde dos teorías complementarias: el paradigma de la complejidad de Edgar Morin y la teoría de las estructuras disipativas de Ilia Prigogine. Se desarrollan conceptos como: protoresistencia, resistencia lineal, resistencia no lineal, también llamada: «resistencia termodinámica o compleja».
Se distingue la resistencia como una organización complejatermodinámica generadora de acciones de trabajo-energíadesgaste-reorganización, que no se reduce a la inconformidad social, la desobediencia o protesta puesto que, va más allá del reclamo, por lo que aspira a convertirse en un movimiento social
capaz de generar frentes de lucha y organizaciones cuya praxis, persevere en la reivindicación de la dignidad y los derechos de los colectivos sociales oprimidos. Las resistencias sociales emergen
fruto de la represión sociopolítica, pero no se reducen a ella, y por ello, no la requieren como fundamento de lucha. Los colectivos suelen enfocar sus luchas en acciones reivindicatorias, no obstante, como movimiento las resistencias deben propiciar
pedagogías de las resistencias que posibiliten un pensamiento político de subversión, ruptura, y transformación, resistente a la autocracia y la impunidad, capaz de crear nuevas formas de
gobernabilidad y de convivencia.